Nostalgia

La lluvia me puso nostálgica, esta tarde. Y mientras observaba por la ventana de mi casa, se mi vino algunos recuerdos míos de la infancia. Recordé la primera vez que acudía al jardín de niños, los compañeros de mi salón, y también, recordé a una amiga con quien jugábamos en mi casa. María Fernanda, a quién todos los de mi barrio la conocían como “Mafer”. A ella le gustaba jugar a “Miss Mundo”, jajajja, siempre quería ganar ella. También recordé una de mis campamentos inolvidables en el convento de Huácar. Un lugar pintoresco a pocos kilómetros de la Huánuco, dicen que Huácar es “tierra de brujas”, en ese lugar existe un campanario, el cual las monjas nos prohibían subir, pero yo desde niña era rebelde, intrépida y atrevida, y convencí a “Mafer” y a otros chicos para subir.

Mafer era algo miedosa y escandalosa, mientras subíamos por unas angostas gradas en caracol, ella se agarraba fuertemente de mi mano y temblaba. Recuerdo que cuando llegamos a la parte alta. Se podía apreciar un paisaje esplendoroso, y no se porque hoy se me viene a la memoria todos esos bellos momentos. Ese día, luego de permanecer en la cima del campanario se me dio ganas de tocar la campana fuertemente, y mientras tocaba la gigantesca campana con todas mis fuerzas, pude ver a las monjas mirarme aterrorizada desde la parte baja. Luego presurosa empecé a bajar, el resto igual y nos atropellábamos al bajar, mientras Mafer gritaba despavorida.

Yo seguía, bajando las gradas y cuando ya estaba por llegar a la salida del primer nivel. Se apareció en la puerta sor Josefina, una monja italiana que no podía pronunciar bien el español. Me agarró fuertemente de los brazos. Yo quería correr, pero ella me sujetaba fuertemente. Ella estaba furiosa y decía: ¡No, eso no se hace, no, no….no ha sido buena idea subir, así que estarán castigadas.! Y nos mando a la habitación donde dormíamos todos y nos ordenó quedarnos toda la tarde en ese lugar, mientras los otros participaban de las demás actividades programadas para ese día.

Al día siguiente, sor Josefina dijo que nos levantáramos tempranos para la misa, pero la orden era para todos, y nos recomendó ser puntuales. Ya en la noche se me ocurrió otra idea, mientras todos estaban en sus camas, todos jugaban y no dejaban dormir, hacían chistes. Tanto así que sor Josefina, salio y con un grito nos hizo callar a todas. Y apagó la luz y se fue a dormir.
Ni bien apagó la luz, me acerque a cada una de las camas, y recogí todas las zapatillas y me las llevé cerca de mi cama, luego agarre pares diferentes y los “amarre” con el pasador de dos en dos, hacia nudos bien fuertes, de tal manera que quedaban enlazadas las zapatillas de distintos dueños. Hay que malvada he sido siempre. En la mañana, todos se levantaron, y encontraron sus zapatillas atadas a otro lado, y se demoraban en desatarlos, mientras Mafer y yo Felices nos fuimos a la misa, creo que se demoraron como quince minutos en llegar.

Ahora, las cosas han cambiado, ya nada es igual. Quisiera ser retroceder por un momento a esa etapa, donde me divertía de lo lindo y hacia mis travesuras. No se porque se me vino eso a la mente hoy
Dentro de pocos días será mi cumpleaños, el 22 de octubre para ser exactos, y en el fondo tal vez tenga miedo la vejez, se que falta mucho, pero los años avanzan. Ayer jugaba como niña, hoy me veo completamente distinta.