Por: Raúl Vela Carhuas
De lo que va del año, 20 personas fueron asesinadas por armas de fuego en la región Huánuco. Este desmesurado crecimiento del índice de criminalidad ha generado una grave preocupación entre la población que tiene la percepción – razones no les falta – de sentirse abandonada a su suerte. Numerosos delincuentes en su mayoría jóvenes desadaptados que no miden el peligro y creen que portando un arma son invencibles, vienen esparciendo la violencia por la ciudad.
La ola de asesinatos de estos primeros 40 días del año exige respuestas profesionales y sostenidas en el tiempo por parte de las autoridades a fin de encontrar una solución a este delicado problema.
Para nadie es un secreto que el status quo de miseria rural, establecido y confirmado con cada período gubernamental, expulsa, como un efecto de inevitabilidad social, a grandes masas de población que van engrosando las condiciones paupérrimas de la ciudad, que llegan a incrementar la demanda de servicios y que hacen crecer todos los indicadores sociales en la parte urbana.
Si a ello agregamos la inconformidad que surge en sectores marginados del mal uso que se hace del gasto público municipal, regional y del gobierno central, comprenderemos porque las condiciones de seguridad ciudadana van deteriorándose y nos convierten en vulnerables en lo más elemental: en la seguridad personal.
Para el abogado y profesor universitario, Eustaquio Robles, dos serían las razones que explicarían esta ola de criminalidad que viene ocurriendo en Huánuco.
Una de ellas, dice, sería el poco accionar de la Policía Nacional del Perú debido a que no cuentan con el número ideal de efectivos para una ciudad de más de 700 mil habitantes. Se habla de que tenemos actualmente unos 500 policías para toda una región.
A ello habría que agregar, señala, las leyes para sancionar a las personas que cometen delitos no son las más apropiadas, ya sea porque no se cumplen de manera correcta o no se ajustan a la realidad, por tanto, el sujeto que comete un delito tiene un sin fin de formas de reducir su pena o atenuarla. A esto hay que sumar los derechos humanos que protegen más a los criminales que a las víctimas.
Robles remarca que siendo así las cosas mucha gente prefiere optar por el camino de hacerse justicia por sus propias manos. Los asesinatos del ex alcalde de Amarilis, César Martínez, y del ex presidente del club León de Huánuco, Nelson Neyra, confirmaría dicha hipótesis.
Por su lado, el abogado Naut Aguilera considera que la no existencia de una adecuada coordinación entre la Policía Nacional del Perú, Ministerio Público, Poder Judicial, Municipalidad Provincial de Huánuco, Gobernación, etc., que permita en forma conjunta contrarrestar esta ola de criminalidad, ha hecho que esta crezca. Pero esta no sería la única razón, explica Aguilera.
La carencia de personal capacitado, en las diferentes unidades especializadas, principalmente en Criminalística, para atender los diferentes peritajes en casos de homicidios, y otros ilícitos penales, de gran connotación, genera un retraso en las investigaciones y por consiguiente el comentario desfavorable a la función policial.
La falta de medios logísticos para que el personal policial se movilice, especialmente en zonas rurales y centros poblados alejados de más de dos días de camino de herradura, es otra de las razones que no ha permitido en algunos casos la culminación satisfactoria de investigaciones policiales, registradas en las comisarías y jefaturas especializadas.
Se cual fuera las causas que originan esta alta tasa de criminalidad en Huánuco, lo cierto es que el delito, además de la vida de las víctimas, deteriora las condiciones de vida del resto de la población, que vive en el temor y se ve obligada a modificar hábitos cotidianos, pierde libertad de movimientos y se enfrenta a la disyuntiva de destinar parte de sus ingresos a gastos de seguridad.
De lo que va del año, 20 personas fueron asesinadas por armas de fuego en la región Huánuco. Este desmesurado crecimiento del índice de criminalidad ha generado una grave preocupación entre la población que tiene la percepción – razones no les falta – de sentirse abandonada a su suerte. Numerosos delincuentes en su mayoría jóvenes desadaptados que no miden el peligro y creen que portando un arma son invencibles, vienen esparciendo la violencia por la ciudad.
La ola de asesinatos de estos primeros 40 días del año exige respuestas profesionales y sostenidas en el tiempo por parte de las autoridades a fin de encontrar una solución a este delicado problema.
Para nadie es un secreto que el status quo de miseria rural, establecido y confirmado con cada período gubernamental, expulsa, como un efecto de inevitabilidad social, a grandes masas de población que van engrosando las condiciones paupérrimas de la ciudad, que llegan a incrementar la demanda de servicios y que hacen crecer todos los indicadores sociales en la parte urbana.
Si a ello agregamos la inconformidad que surge en sectores marginados del mal uso que se hace del gasto público municipal, regional y del gobierno central, comprenderemos porque las condiciones de seguridad ciudadana van deteriorándose y nos convierten en vulnerables en lo más elemental: en la seguridad personal.
Para el abogado y profesor universitario, Eustaquio Robles, dos serían las razones que explicarían esta ola de criminalidad que viene ocurriendo en Huánuco.
Una de ellas, dice, sería el poco accionar de la Policía Nacional del Perú debido a que no cuentan con el número ideal de efectivos para una ciudad de más de 700 mil habitantes. Se habla de que tenemos actualmente unos 500 policías para toda una región.
A ello habría que agregar, señala, las leyes para sancionar a las personas que cometen delitos no son las más apropiadas, ya sea porque no se cumplen de manera correcta o no se ajustan a la realidad, por tanto, el sujeto que comete un delito tiene un sin fin de formas de reducir su pena o atenuarla. A esto hay que sumar los derechos humanos que protegen más a los criminales que a las víctimas.
Robles remarca que siendo así las cosas mucha gente prefiere optar por el camino de hacerse justicia por sus propias manos. Los asesinatos del ex alcalde de Amarilis, César Martínez, y del ex presidente del club León de Huánuco, Nelson Neyra, confirmaría dicha hipótesis.
Por su lado, el abogado Naut Aguilera considera que la no existencia de una adecuada coordinación entre la Policía Nacional del Perú, Ministerio Público, Poder Judicial, Municipalidad Provincial de Huánuco, Gobernación, etc., que permita en forma conjunta contrarrestar esta ola de criminalidad, ha hecho que esta crezca. Pero esta no sería la única razón, explica Aguilera.
La carencia de personal capacitado, en las diferentes unidades especializadas, principalmente en Criminalística, para atender los diferentes peritajes en casos de homicidios, y otros ilícitos penales, de gran connotación, genera un retraso en las investigaciones y por consiguiente el comentario desfavorable a la función policial.
La falta de medios logísticos para que el personal policial se movilice, especialmente en zonas rurales y centros poblados alejados de más de dos días de camino de herradura, es otra de las razones que no ha permitido en algunos casos la culminación satisfactoria de investigaciones policiales, registradas en las comisarías y jefaturas especializadas.
Se cual fuera las causas que originan esta alta tasa de criminalidad en Huánuco, lo cierto es que el delito, además de la vida de las víctimas, deteriora las condiciones de vida del resto de la población, que vive en el temor y se ve obligada a modificar hábitos cotidianos, pierde libertad de movimientos y se enfrenta a la disyuntiva de destinar parte de sus ingresos a gastos de seguridad.
El propio Estado tiene, en estas condiciones, que emplear más de sus escasos recursos en seguridad.
La inseguridad y la paranoia configuran, además, un ambiente propicio para oportunistas que prometen soluciones mágicas empleando la violencia y que son, generalmente, promotores del autoritarismo y la intolerancia.
Nuevamente aquí, el profesor Robles afirma que para responder a estos problemas el gobierno central, regional y local deben llevar adelante políticas coordinadas a mejorar las tareas de vigilancia y prevención así como el equipamiento y entrenamiento de las fuerzas policiales.
Deberán tener en cuenta también, que buena parte de las conductas delictivas son consecuencia del deterioro de los valores sociales y familiares provocados por el empobrecimiento, la falta de trabajo y la pérdida de expectativas de progreso basado en el esfuerzo personal. Es decir que no podrá esperarse una mejora en la seguridad hasta que no se revierta el retroceso social. En este punto, mucho tiene que ver el gobierno.
5 comentarios:
hola... amiga; que bueno que estes otra vez en los blogs... gracias por el comentario.... y las sugerencias...
la violencia en nuestra ciudad lamentablemente se ha incrementado,
las autoridades no le dan la debida importancia a este hecho, a ello se le suma la mediocridad de la policia,porque no les intereza la seguridad publica.
nadie esta libre de este peligro
por ello tenemos que obligar a las autoridades a tomar medidas urgentes... porque sino nuestra ciudad se convertira en un ciudad de la eterna violencia.
saludos... cdt..
Las noticias desalientan mucho sobre la ex famosa tranquilidad de nuestro bello departamento, los asesinatos pasionales, por asalto o rivalidades políticas copan los titulares de los distintos medios de comunicación, ¿qué está sucediendo con nosotros?
Huánuco siempre ha sido un departamento tranquilo, hasta que hace unas décadas atrás, nuestros cerros se fueron llenando de viviendas, creando hacinamiento y mala convivencia, la violencia de Sendero Luminoso y la Represión Militar, obligaron a muchos campesinos a emigrar, muchos llegaron a Huánuco sin saber como sostenerse, la necesidad aparte de la iniciativa laboral como ambulantes, trajo la delincuencia, jóvenes sin oportunidades empezaron a hacer del robo una manera de sustentarse, reuniéndose peligrosas pandillas que han azotado en las fiestas y otros eventos de nuestro pueblo, este problema además de aumentar la seguridad con efectivos policiales bien preparados (nada de estudiar solo seis meses), se va ha poder enfrentar con eficiencia, con un cambio del manejo de la política económica y social del país, con una mejor distribución de la riqueza, mejor dicho, el gobierno tiene que dar un giro de 360 grados en sus políticas.
La guerra entre los alcaldes y sus rivales políticos, está llegando a puntos extremos, no se matan por rivalidades ideológicas, cosa que también sería abominable, si no, se matan por oscuros intereses, donde de por medio hay dinero, mentiras y crímenes, combinación explosiva, que está llevando a nuestros pueblos de las serranías a una total anarquía, el Ministerio del Interior y el Poder Judicial tienen la palabra, a que se debe tanta facilidad para matar de esta manera, a que se debe que los culpables de muchos asesinatos, estén libres, gracias a trucos y alegatos judiciales.
Por siglos el Perú de los andes a estado olvidado a su suerte y aun en la actualidad sucede lo mismo, el hombre andino está perdiendo ese sentimiento honesto, de labor comunal y ayuda mutua, hoy en día, se están transformando en delincuentes, quizás canalizando mal esa frustración de estar postergados desde siempre, ellos necesitan educación, mayor educación y más educación, la ignorancia sumada al resentimiento, genera inestabilidad en los seres humanos y se torna peligroso para la tranquilidad de la sociedad.
Queda a las autoridades tomar las medidas correspondientes, no nos podemos acostumbrar a este tipo de noticias, nuestros niños ha estas alturas ya deben creer que todo esto es normal.
http://blog.portalcontableperu.com/2009/02/11/inseguridad-delincuencia-y-asesinatos-en-huanuco/
si, las bandas lideradas por "leche" y el "mono" regis (si, ese que alquila motos en el jr. Bolivar)se encuentran haciendo de las suyas. El que a hierro mata a hierro muere.
Hola, sabes viendo que en nuestro departamento se han declarado en emergencia a 5 provincias por las olas de frio, he decidido conversando con algunos amigos lanzar una campaña de recoleccion de ropas, frazadas y otros materiales para los hermanos de Huànuco, pienso lanzarlo oficialmente por la web y los medios de comunicacion, espero poder contar con tu apoyo.
abrazos de amigo a la distancia, yoel.
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